euskadiko langile komisioak | 28 marzo 2024.

La Seguridad Social condena a Osakidetza por incumplimientos en materia de prevención a pagar recargo de prestaciones a una celadora de Txagorritxu que ingresó en la UCI por COVID-19

    Osakidetza no proporcionó ni los materiales necesarios a la celadora ni la información teórica ni práctica sobre prevención de riesgos ante el COVID-19. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) reconoce así los incumplimientos en materia de protección de riesgos en el Hospital durante la pandemia.

    03/02/2021.
    Foto archivo de movilización en Txagorritxu

    Foto archivo de movilización en Txagorritxu

    El INSS ha propuesto para la celadora del Hospital Txagorritxu, que acabó ingresada en la UCI por COVID-19, un recargo del 30% en las prestaciones económicas que le corresponden. El sindicato está valorando reclamar el aumento de este recargo hasta el 50% en función de las secuelas que aún arrastra la trabajadora a día de hoy.

    Su incapacidad temporal fue calificada inicialmente como contingencia común, es decir, ajena a su puesto de trabajo en las urgencias de Txagorritxu, que atendía ya en aquellos momentos la primera ola de COVID-19. Tuvo que ser posteriormente el INSS quien determinase que su incapacidad temporal estaba directamente vinculada con su trabajo y que se trataba por ello de una contingencia profesional.

    Este recargo se fundamenta en que el INSS da por hecho el incumplimiento en materia de prevención en dos aspectos. Por un lado, por no haber proporcionado material de protección individual suficiente a la trabajadora, que según la evaluación de riesgos de su puesto, debía disponer de mascarilla quirúrgica, guantes, calzado antideslizante y bata impermeable. Por otro lado, se basa en el incumplimiento en materia de formación e información a la trabajadora, que no recibió formación teórica ni práctica suficiente sobre la prevención de riegos ante el COVID-19, ni siquiera adaptada a la información de la que se disponía en ese momento.

    Según recoge el propio relato del Oficio dictado por el INSS, la trabajadora contactó con Salud Laboral de su hospital los días 2 y 4 de marzo de 2020, ya en plena primera ola, pero fue derivada a su médico de cabecera en ambas ocasiones, alegando que sus síntomas de fiebre, tos y dificultad respiratoria no tenían relación alguna con su trabajo en la Urgencia. El 7 de marzo acudió finalmente al hospital resultando ingresada en la UCI durante tres semanas. Aun así, a día de hoy, todavía arrastra secuelas y continúa sin poder trabajar.

    CCOO ha remarcado de nuevo la necesidad de reconocer el COVID-19 como enfermedad profesional de todo el personal que desempeña su trabajo en centros sanitarios y sociosanitarios, ya sean personal de plantilla del centro o subcontratas, e independientemente de que sean personal sanitario o no.