euskadiko langile komisioak | 19 abril 2024.

Datos de la EPA del cuarto trimestre de 2020

La virulencia de la pandemia frena las expectativas de recuperación

  • CCOO señala la importancia de una nueva estrategia de empleo para el logro de un mercado laboral más justo y la necesaria reestructuración de Lanbide.
  • Se pone de manifiesto el éxito de las medidas acordadas en diálogo social para el mantenimiento del empleo.
  • Sin recuperación de la ocupación y escaso descenso del paro.

Los datos de la Epa (INE) para Euskadi en el 4º trimestre de 2020, que continúan marcados por la situación derivada de la pandemia covid-19 sobre el mercado laboral, arrojan un balance negativo para empleo en el año 2020. En el 4º trimestre ni siquiera se habría conseguido recuperar empleo (marca una tendencia negativa en contra de lo señalado por Eustat que señalaba un aumento de 14.200 empleos). 

28/01/2021.
Foto Europa Press

Foto Europa Press

El balance que traslada tanto la EPA (INE) como la PRA (EUSTAT) para el mercado laboral es negativo, con un saldo que el INE estima en una pérdida de 13.200 ocupaciones (-1,4%) en el conjunto del año y un incremento del desempleo de 8.500 personas (+9,1%), un escenario semejante al señalado por EUSTAT y que también se asemeja mucho al del conjunto del Estado.

El año finaliza con una tasa de paro del 9,96%, que en el caso de las mujeres es del 11,35%. Las mujeres pierden más empleos (-8.400) que los hombres. Además el 63,6% de la pérdida interanual de ocupación se produce entre las mujeres. 

Por sectores la gran pérdida se produce en servicios (-17.000). La pérdida de ocupación se centra en los trabajadores por cuenta propia ya que el número de asalariados/as ha aumentado tanto en el sector público como en el privado (no para las mujeres, en el sector privado). 

Según el INE se habría creado empleo asalariado fijo (+15.200) y destruido empleo temporal (-10.400), cifras que la seguridad social corrobora, pero minimizando la creación de empleo fijo y aumentando la destrucción de empleo temporal.

El INE muestra por tanto un nuevo frenazo a las expectativas de recuperación del empleo. La “tercera ola” de la pandemia que vivimos no parece presagiar una recuperación rápida en el tiempo, y pone aún más en valor los acuerdos alcanzados en diálogo social en materia de empleo, por lo que es necesaria la actualización y el mantenimiento de las medidas acordadas puestas en marcha que tan buenos resultados han supuesto para el mantenimiento del empleo y la adopción de nuevas medidas acordes a este escenario de larga duración deben ser el eje de actuación y la prioridad de los gobiernos central y vasco.

Desde CCOO pensamos que nadie puede poner ya en duda por evidentes los problemas que han supuesto la imposición de los recortes en la gestión de la crisis financiera, el papel fundamental que deben jugar los servicios públicos y la necesidad de inyectar en estos momentos, desde todos los ámbitos de la administración pública, ingentes recursos públicos para salvar a su ciudadanía, reactivar la actividad y promover una transformación de la economía a medio plazo que sitúe la prioridad en la transición ecológica, la transformación digital y la economía de cuidados. Para ello serán necesarias reformas fiscales que aseguren los ingresos necesarios para acometer los retos. 

A lo largo del año también se ha mostrado el acierto y la importancia del diálogo social en la gestión de las medidas adoptadas para el mantenimiento del mercado laboral en una situación tan complicada. También en Euskadi el camino emprendido en materia de diálogo social ha dado frutos con las ayudas complementarias a los ERTEs. Ayer mismo se han aprobado tres medidas de importancia como son el compromiso de recolocación de personas que han perdido su puesto de trabajo, la renovación del complemento de ERTES para los salarios más bajos, y la creación del grupo de trabajo sobre políticas sociales.

La nueva estrategia vasca de empleo comprometida en el diálogo social deberá tener en cuenta este nuevo panorama que atrasa la deseada recuperación del empleo sin perder de vista el horizonte de un mercado laboral más justo y acorde a los retos de las tres transiciones económicas y sociales que se imponen. También Lanbide deberá reorientar su estructura y organización para abordar desde una gestión pública los nuevos retos con nuevos programas y con la prioridad puesta en los derechos de la ciudadanía a un acceso y mantenimiento de un empleo de calidad.